3 de mayo de 2015

La sangre dividida

Desde las líneas de su voz,
como desde dos hojas de metal
el beso de los filos
traza sus marcas de amenaza,
abren los vértices del miedo
heridas intangibles en el cuerpo;
y corre la sangre dividida
el fondo de sus vértigos
bajo la oscuridad irascible de su herrumbre,
sobre furiosas luminarias de carmín,
persiguiendo las espinas del contacto,
el corte inevitable,
sus bálsamos de acero.

23 de febrero de 2015

Atienda aquél que dijo / Beachte, der der sagte

Atienda aquél que dijo
hallar dicha y sosiego
en un sueño beatífico y tranquilo;
atienda a lo que digo y lo que creo.
¿Sabes, nocturno amigo,
a qué cosa en verdad llamamos sueño?
Atiende, hermano mío,
sin pena y sin recelo,
yo, que he soñado, yo, que no he dormido,
te pregunto sin voz desde mi lecho:
¿crees que el sueño protege del abismo,
rescata del asalto y del incendio?
Yo, soñadora inmóvil, no he creído
en mi rostro apacible cuando duermo.
Lucho soñando, sórdida, conmigo,
con un pájaro extraño, con el viento,
con un agudo y afilado pico
que me horada las sienes y el cerebro
y dejo sangre en el cojín y heridos
flotan ardiendo, aullando, mis cabellos.
Soñador y sonámbulo es lo mismo.
Se va entre nieblas, huérfano.
¿Quién hiló las almohadas? ¿El olvido?
La mano movediza del recuerdo
con un sombrío ovillo
y tejió la crisálida del lienzo
con una larga víbora de lino
que se enrosca en el alma y en el cuerpo.
Atienda aquél que alguna vez me dijo
hallar quietud seráfica en el sueño;
atienda a mi creencia, a mi pregunta,
que es la de todo soñador despierto.
Creo en mi corazón, su llama oculta
bajo las sábanas, ardiendo.
Creo en mi sangre muda
corriendo como un río del infierno.
¿Cree alguien en la calma de las tumbas,
en la paz de los muertos?
Quieren creer... ¡No lo han creído nunca!
Descansa en paz, sólo es un gran deseo.
Descansa en paz, pero la paz no escucha;
descansa en paz, pero el descanso es ciego.
La muerte, insomne, mira hacia la lucha
y el sueño es el más íntimo desvelo.


Poemas (1952), Ida Gramcko
*     *     *

Beachte, der der sagte
in einem seligen und ruhigen Traum
Glück und Gelassenheit zu finden;
beachte das, was ich sage und glaube.
Weisst du, nächtlicher Freund,
was wir wirklich als Traum bezeichnen?
Beachte, mein Bruder,
ohne Leid noch Misstrauen,
ich, die geträumt hat,
ich, die nicht geschlafen hat,
frage dich stimmlos aus meinem Bett her:
glaubst du, dass der Traum vor dem Abgrund schützt,
dass er vor Überfall und Brand rettet?
Ich – unbewegliche Träumerin – habe
an mein während des Schlafens sanftes Gesicht nicht geglaubt.
Durch das Traumen kämpfe ich, schmutzig, mit mir selbst,
mit einem komischen Vogel, mit dem Wind,
mit einem spitzen und scharfen Schnabel,
der meine Schläfen und Gehirn durchbohrt
und auf dem Kissen lasse ich Blut
und verletzt schweben brennend und jaulend meine Haare.
Träumer und Schlafwandler sind das gleiche.
Durch den Nebel wandelt man verwaist.
Wer hat die Kopfkissen gesponnen? Die Vergessenheit?
Die bewegliche Hand der Erinnerung
mit einem düsteren Garn
und sie hat die Puppe der Leinwand
mit einer langen Schlange aus Leinen gewoben,
die sich um die Seele und den Körper schlingt.
Beachte, der der mir einmal gesagt hat,
engelhafte Ruhe im Traum zu finden;
beachte meinen Glauben, meine Frage,
die die von jedem wachen Träumer ist.
Ich glaube an mein Herz, seine geheime Flamme
brennend unter der Bettwäsche.
Ich glaube an mein stummes Blut,
laufend wie ein Fluss der Hölle.
Glaubt jemand an die Ruhe der Gräber,
an den Frieden der Toden?
Sie wollen glauben... Sie haben aber nie daran geglaubt!
In Frieden zu ruhen ist nur ein großer Wunsch.
In Frieden zu ruhen, der Frieden hört aber nicht;
In Frieden zu ruhen, die Erholung ist aber blind.
Der schlaflose Tod schaut dem Kampf zu
und der Traum ist das intimste Wachen.

Gedichte (1952), Ida Gramcko

15 de febrero de 2015

Domingo

Desde los charcos del desvelo
muerden las víboras del sueño
y sus sustancias amargas
trazan sus vigilias en el cuerpo;
y existo en el sigilo
bajo el sol muerto de este miedo
madurando en la piel de una uva seca
el vino de mi sueño extinto
sin ser capaz de un paso
de una mirada que no sea una piedra,
con palabras como cáscaras rotas
sobre nidos desiertos.
¿Qué puede quedar de esta jornada
que el sueño y el infierno se disputan?
¿Qué filo espera en el ocaso?
¿Depara otro desvelo
sus nenúfares de sal a mis heridas?

12 de febrero de 2015

Las palabras

Dales la vuelta,
cógelas del rabo (chillen, putas),
azótalas,
dales azúcar en la boca a las rejegas,
ínflalas, globos, pínchalas,
sórbeles sangre y tuétanos,
sécalas,
cápalas,
písalas, gallo galante,
tuérceles el gaznate, cocinero,
desplúmalas,
destrípalas, toro,
buey, arrástralas,
hazlas, poeta,
haz que se traguen todas sus palabras.

Libertad bajo palabra (1935 - 1957), Octavio Paz

28 de enero de 2015

La flor de Apamate / Die Apamateblume

Qué pena de medio luto
tiene la flor de Apamate.
¡Qué pena de medio luto
desde que tú te marchaste!

Tu marcha me echó en las venas
los morados de la tarde.
La sangre me quedó viuda
como la flor de Apamate.

No sé qué cosa me pides, medio luto.
No sé qué cosa pedir;
si morir por no quererte
o quererte hasta morir.

Yo no sé qué es lo más bueno.
Yo no sé qué es lo peor;
no sé si amor sin presencia
o presencia sin amor.

Pero no quiere y te llama, medio luto
desde que tú te marchaste,
mi sangre de medio luto
como la flor de Apamate.

Las tonadas de Simón (2013), Simón Díaz
Texto: Andrés Eloy Blanco
*     *     *

So ein Leid der halben Trauer
hat die Apamateblume.
So ein Leid der halben Trauer,
seitdem du fortgegangen bist!

Dein Fortgang hat in meine Venen
das Violett des Abends eingeworfen.
Mein Blut ist verwitwet
wie die Apamateblume.

Worum bittest du mich, halbe Trauer?
Worum soll ich denn bitten?
Entweder sterben, weil ich dich nicht liebe
oder dich zum Sterben lieben.

Ich weiß nicht, was das Beste ist.
Ich weiß nicht, was das Schlimmste ist;
Ich weiß nicht, ob es Liebe ohne Anwesenheit
oder Anwesenheit ohne Liebe ist.

Es will aber nicht und ruft dich, halbe Trauer,
seitdem du fortgegangen bist,
mein Blut der halben Trauer
wie die Apamateblume.

Las tonadas de Simón (2013), Simón Díaz
Text: Andrés Eloy Blanco