17 de noviembre de 2010

Elegía para Manuel

Porque tu muerte me ha despojado de todo,
porque últimamente recuerdo sólo lo que aprendí de ti,
porque a donde miro las cosas me devuelven tu nombre,
tu cara, tu casa,
a las personas a quiénes conocí por ti,
a los lugares que visitamos en Oriente,
la geografía que tu aventura me hizo descubrir,
ríos, llanuras, yacimientos,
el petróleo maldito que nos cambia la vida,
el amor por la tierra y la identidad en silencio,
sin palabras de afecto,
cerrado el sentimiento en la enseñanza;

porque el ingenio del mundo
ha perdido en ti la inteligencia;

porque los años que se escapan
han interrumpido el recuerdo
y la memoria es un limbo;

porque una parte de mi
quedó enterrada contigo;

el niño pequeño que volví a ser
el día de tu muerte
llora desconsoladamente.