22 de marzo de 2017

Illinois

¿Puedo escaparme de ti, dolor?

¿Puede el borde del alma
atravesar sus vados
sin que urdas en sus pasos
tus venenos?

¿Qué voz queda por ahogarse
en estas mañanas de grito?

Si en mis tránsitos insisto
no será porque en ellos
esté la esperanza
de librarme de ti.

Mi ruta está trazada
en tus copas de incendio.

Debo caminar
tus meandros secos
y mi sangre
resistir tu sustancia.

La flor de tu quebranto
llega a sus manos deshecha.

Los candores de su piel
son mi recinto.

Mis aguas corren
en sus aguas
sobre costas doradas
que rompen
sobre tu farallón inevitable.

¿Podré escaparme de ti, dolor?