20 de octubre de 2011

Julia

Mirarte
y tener pensamientos espontáneos
violentos
escondidos
imaginar tu cuerpo en su conjunto
moviéndose desnudo frente a mí
debajo de tu ropa
acomodándose tu piel
tus músculos, sus líneas
en cada nuevo ángulo, a otro gesto
a otra posición indiferente
que establece tu presencia y me domina.
Mis ojos te encontraron sólo hoy
y esta conducta inédita y silvestre
que me arrasa
me cambia para siempre el femenino:
cada nueva mirada, cada gesto
perseguido por esta secreta intimidad
por esta persuasión de los cuerpos silenciosa
esa reacción involuntaria
del hombre al que completa una mujer
en los espacios exactos
que me define el género
seduce mi mente, en medio de la gente
en solitario.

19 de octubre de 2011

Cet amour / Este amor

Cet amour
Si violent
Si fragile
Si tendre
Si désespéré
Cet amour
Beau comme le jour
Et mauvais comme le temps
Quand le temps et mauvais
Cet amour si vrai
Cet amour si beau
Si heureux
Si joyeux
Et si dérisoire
Tremblant de peur comme un enfant dans le noir
Et si sûr de lui
Comme un homme tranquile au milieu de la nuit
Cet amour qui faisait peur aux autres
Qui les faisait parler
Qui les faisait blêmir
Cet amour guetté
Parce que nous le guettions
Traqué blessé piétiné achevé nié oublié
Parce que nous l'avons traqué blessé piétiné achevé nié
  oublié
Cet amour tout entier
Si vivant encoré
Et tout ensoleillé
C'est le tien
C'est le mien
Celui qui a été
Cette chose toujours nouvelle
Et qui n'a pas changé
Aussi vraie qu'une plante
Aussi tremblante qu'un oiseau
Aussi chaude aussi vivante que l'été
Nous pouvons tous les deux
Aller et revenir
Nous pouvons oublier
Et puis nous rendormir
Nous réveiller souffrir vieillir
Nous endormir encoré
Rêver à la mort
Nous éveiller sourire et rire
Et rajeunir
Notre amour reste là
Têtu comme une bourrique
Vivant comme le désir
Cruel comme la mémoire
Bête comme les regrets
Tendre comme le souvenir
Froid comme le marbre
Beau comme le jour
Fragile comme un enfant
Il nous regarde en souriant
Et il nous parle sans rien dire
Et moi je l'écoute en tremblant
Et je crie
Je crie pour toi
Je crie pour moi
Je te supplie
Pour toi pour moi et pour tous ceux qui s'aiment
Et qui se sont aimés
Oui je lui crie
Pour toi pour moi et pour tous les autres
Que je ne connais pas
Reste là
Là où tu es
Là où tu étais autrefois
Reste là
Ne bouge pas
Ne t'en va pas
Nous qui sommes aimés
Nous t'avons oublié
Toi ne nous oublie pas
Nous n'avions que toi sur la terre
Ne nous laisse pas devenir froids
Beaucoup plus loin toujours
Et n'importe où
Donne-nous signe de vie
Beaucoup plus tard au coins d'un bois
Dans la fôret de la mémoire
Surgis soudain
Tends-nous la main
Et sauve-nous.

Paroles (1949), Jacques Prévert

*     *     *

Este amor
tan violento
tan frágil
tan tierno
tan desesperado.
Este amor
hermoso como el día
y malo como el tiempo
cuando hace mal tiempo.
Este amor tan verdadero.
Este amor tan bello
tan feliz
tan dichoso
tan burlón
temblando de miedo como un niño en lo oscuro
y tan seguro de sí
como un hombre tranquilo en mitad de la noche.
Este amor que hacía temer a los otros
que les hacía hablar
que los empalidecía.
Este amor vigilado
porque nosotros lo vigilamos.
Acechado, lastimado, pisoteado, consumido, negado, olvidado
porque nosotros lo hemos acechado, lastimado, pisoteado,
consumido, negado, olvidado.
Este amor completo
tan vivo todavía
y tan radiante
es el tuyo
es el mío
es aquél que ha sido
ese algo siempre nuevo
y que no ha cambiado
tan cierto como una planta
tan tembloroso como un pájaro
tan cálido y tan vivo como el verano.
Podemos, los dos,
ir y venir
podemos olvidar
y volver a dormir.
Levantarnos, sufrir, envejecer
y dormir otra vez.
Soñar con la muerte.
Despertarnos, sonreír y reír
y rejuvenecer.
Nuestro amor sigue ahí
callado como un borrico
vivo como el deseo
cruel como la memoria
salvaje como el arrepentimiento
tierno como el recuerdo
frío como el mármol
hermoso como el día
frágil como un niño
nos mira sonriendo
y nos habla sin pronunciar palabra
y yo lo escucho, temblando
y grito
grito por ti
grito por mí
te suplico
por ti, por mí y por todos aquéllos que se aman
y que se han amado
sí, yo le grito
por ti, por mí y por todos los otros
a quiénes no conozco
quédate
ahí dónde estás
ahí dónde estuviste alguna vez
quédate
no te muevas
no te vayas.
Nosotros, que somos amados,
te hemos olvidado.
No nos olvides tú.
No te teníamos sino a ti en la tierra.
No nos dejes enfriarnos.
Mucho más lejos, siempre
y no importa dónde
danos señales de vida.
Mucho más tarde, en el recodo de unos árboles
en el bosque de la memoria
surge de repente
tiéndenos la mano
y sálvanos.

Palabras (1949), Jacques Prévert