9 de octubre de 2014

Filial

Como líneas que repasan
los bordes de los mapas
parece migrar mi piel
hacia las residencias de tu piel,
a sus sexagenarios recintos
de brazos curtidos por el sol
blandiendo una autoridad que desconocen.

La efervescencia de mis conversaciones
quiere perseguir con sus trazos de espuma
las níveas estelas de tu trayectoria
en una insistencia involuntaria
por congregar la atención de los amigos.

Excesos que irrumpen
desde breves y arbitrarios deseos
encuentran tus excesos
en una soledad intemporal que nos reúne.

Imagino las partes de mí
que aún no puedo atribuirte
como extensiones inexploradas
de tu geografía,
como sendas que se pierden
en la vegetación de tu misterio.
Imagino las virtudes, los defectos
corriendo como aguas subterráneas
hacia desembocaduras
que no hemos alcanzado todavía.

Y como el agua del estero se retira
secando los cauces, desdibujando los caminos
se tienden aún abiertas las parcelas
de nuestra común cartografía.